No me quedó otra que instalar un Linux Mint al lado de Windows10 que venía preinstalado en una notebook nueva. Tras chocarme varias veces con no poder entrar al BIOS en el arranque con las teclas tradicionales investigo que es esto del SECURE BOOT, y que para poder ingresar al BIOS debo hacerlo desde Windows, indicando que quiero reiniciar para ingresar cambios en el UEFI, mmmmmmm….
Start menu > Recovery > Advanced startup > Restart now
Pantalla celeste (reminisencias de las pantalla azul de la muerte)
Troubleshoot > Advanced options > UEFI Firmware > Restart
Se reinicia el sistema ingresando al BIOS.
Pude instalar Linux Mint, particionando los discos para cada sistemas, datos, etcétera.
Luego de trabajar con Linux varios días en casa, decidimos probar algunos juegos y reiniciamos en la plazita de Windows 10. Instalar Steam, juegos, risas y a dormir. Al día siguiente temprano a trabajar.
Iniciamos la compu y chan! aparece Windows 10 lo más sonriente, como perro moviendo la cola ¿Qué pasó con el Grub en el boot para seleccionar el sistema operativo que quiero usar? Windows 10 había puesto al principio su bootloader.
Indago y encuentro: https://askubuntu.com/questions/838780/windows-10-changes-uefi-boot-order-every-time
La solución: ponerle una password al BIOS para que Windows NO TOQUE lo que no debe sin ni siquiera avisar.
Y chau.