Robotito no fue la primera historieta que hice pero si la primera que encaré como una serie.
TL;DR: empecé a dibujar historietas porque tenía muchas ganas e hice un serie con 13 historias. Al final del posteo las pueden ver.
Lo que sigue es una experiencia de arqueología y reminiscencia tratando de ordenar un poco y entender qué sucedió en aquella época, así que no puedo asegurar ninguna tipo de exactitud.
Se lo dedico a toma mi familia porque en esa época hice lo que hice gracias a ellos. La culpa es de ustedes!
No tengo anotado el año, pero todo me hace pensar que fue durante 1990 1989 (gracias madre por hacerme recordar) que al iniciar las clases en mi último año de primaria (7º grado en aquel entonces) comencé a dibujar las historietas usando media hoja de la carpeta de matemáticas con birome en plena clase o en los ratos libres en el colegio.
En el curso eramos 3 o 4 que nos disputábamos el título de mejor dibujante, copiando los personajes de los dibujos animados de robots del momento en los años anteriores: Mazinger Z, Transformes, Gobots, Dai Apolon, Robotech, entre otros. Pero ninguno había hecho una historieta todavía, y yo venía de unas vacaciones de verano muy productivas en términos de imaginación inventando historias y juegos con mis hermanas y hermano juntos a mis primos y primas de San Juan y Córdoba, así que comencé a contar las historias de Robotito, fruto de aventuras y juegos de la época dorada de cualquier niño preadolescente.
Robotito nace a partir de unos robots chiquitos y casi minimalistas que armábamos con mi primo Osvaldo, usando unos juegos de encastre muy simple llamado Mis cilindritos (acabo de ver en Mercado Libre que se consiguen todavía, chan!), y habíamos comenzado a dibujarlos ese verano.
Tratando de mantener el personaje los más simple posible para que resultara más fácil le repetición del mismo empecé a incorporar las cosas que veía en las historietas que leía hasta ese momento: Patoruzú, Patoruzito, Isidoro, Afanancio, Jaimito, Super Hijitus, las tiras que aparecían en Billiken y Anteojito, las tiras de los diarios Clarín en casa, La Voz del Interior (Córdoba) y La Voz Diario de Cuyo (San Juan).
Secuencias «casi de animación», vistas superiores, intentos de perspectivas, cuadros de texto de narrador en off, suspense! Todo de modo directo, sin boceto ni nada, de cabeza a la pileta.
Lo cierto que el primer capítulo fue un éxito entre mis compañeros y pronto estuve fotocopiando para repartirlo al curso, lo cual me incentivó a hacer el segundo capítulo, creo que al día siguiente. Los recuerdos son muy vagos.
El argumento era muy sencillo, crear otro villano y que este tratara de tener éxito donde el anterior no (¡gracias Mazinger Z!), así fue que empecé a «inventar» más personajes que tuvieran alguna característica propia.
Para poner en contexto: 1989 fue el estreno de Batman de Tim Burton y para cebar el público habían estado pasando la serie de Batman con Adam West todo el año (y siguieron después), así que mi segundo villano pienso que se inspiró en El Guasón interpretado por César Romero.
Para el tercer capítulo ya tenía «logo» de Robotito, o por lo menos una forma «original» de escribir el nombre en la presentación.
Aunque lo iba cambiando un poco entre capítulo y capítulo.
A partir del capítulo 4 ya la historia se extendía al otro lado de la hoja, y empezaba a incorporar más «inspiraciones» e influencias del momento: El inspector Gadget la rompía con todos los artilugios del sombrero, así que Robotito tenía que tener eso también. Y se nota que habrán pasado una de La Guerra de las Galaxias porque puse mi propia batalla de sables láser.
Mientras el catálogo de villanos crecía también, alimentándose de Robotech y Mazinger Z.
No tengo recuerdo ni puedo imaginar con qué frecuencia hacía cada capítulo, pero si que fue algo continuo, con pocos días de diferencia entre cada capítulo. Estaba cebado: había logrado hacer una serie de historietas con personajes y era un éxito en mi entorno. Llegué a realizar 13 capítulos, este último especial de 4 hojas, aunque la primera hoja sólo sobrevivió hasta hoy como fotocopias y el capítulo 8 se perdió. El nº 10 fue un especial más que una historieta, donde intenté dar algunas respuestas acerca del «mundo» de Robotito.
Incluso llegué a pensar una moneda para se mundo de robotitos, y también metía personajes de relleno con comentarios inspirado en Mortadelo y Filemón Francisco Ibáñez.
Mientras realizaba la serie de Robotito también practicaba dibujar mis personajes favoritos, pero no tengo guardado nada de eso.
Con la práctica fui mejorando e incorporando recursos gráficos y detalles. Intenté hacer una remake del primer capítulo pero lo dejé inconcluso. Había comenzado a hacerle cambios y pensar otras ideas. Creo que no quise avanzar con esos cambios. Había intentado también un remake del capítulo 13 que también dejé por la mitad.
Al verano siguiente, en el ’90, ya estaba preparando más historietas de otros personajes basados en videojuegos, tanto de la Atari 2600 que tuve como de los fichine y más películas.
Nos habíamos mudado de casa y comencé a ir al Centro Cultural Julián Centeya, en San Cristobal, donde con mis hermanos hacíamos varios talleres. A mitad del ’90 aparece en la cartelera que se iniciaba el taller de historieta, dictado por El Marinero Turco. No tuve vuelta atrás con el dibujo y la historieta a partir de ese momento. Pero eso lo dejo para futuros posteos, la carpeta de recuerdo recién se está abriendo.